28 ene 2009

La luna de sus ojos

La luna estaba zurcida al techo. Su reflejo era tan claro que a Liesel no le suponía ningún esfuerzo imaginar que la tenía casi al alcance de la mano. Era eso lo que le ayudaba a seguir adelante, poder imaginar y casi sentir que estaba afuera, que si levantaba la vista realmente podría ver la luna sobre ella, no aquel techo despintado y vacío. Ahora los rayos de la luz de la luna se colaban a través de las rejas del pequeño ventanuco que estaba tan alto que suponía que no llegaría a él ni de pie. Pero eso no podía saberlo con certeza. En la habitación en la que estaba, además del ventanuco con rejas y la luz de la luna, que en ese momento tenía la misión de darle fuerzas para sobrevivir y tener la esperanza de poder salir de allí, solamente había un olor a humedad asfixiante, una cama vieja, y una niña de aproximadamente dieciséis años con el cuerpo completamente amoratado y lleno de golpes y las manos y los pies atados a las patas de la cama. Pero esa niña tenía una fuerza y un coraje fuera de lo normal, y era capaz de sacar fuerzas de donde ya no le quedaban. Y esa noche, con la única compañía de la luna había confiado en que la encontrarían y la sacarían de allí antes de que aquel desgraciado volviera y le robara un poco más de su vida. Porque sabía que la estaban buscando, y que aun le quedaban muchas lunas por ver.

7 comentarios:

Rebeca Gonzalo dijo...

Cortiro y desgarrador como siempre suelen ser tus textos. Además haces coincidir los nombres de la protagonista de tu historia con el de la protagonista del libro. Precioso homenaje de verdad. Un abrazo.

Dama Blanca dijo...

Es cortito, pero es también muy intenso... me ha gustado mucho, como los anteriores (los he estado leyendo, pero pensé que era más lógico firmar aquí)

Un saludo :)

Anónimo dijo...

Precioso, y esperanzador. Además..., que bonito el nombre de la protagonista! Ese libro ha calado, jeje.
Encantada de leerte por primera vez, seguiré por aqui!

Virginia Vadillo dijo...

Uf, casi me atraganto al leer el final!!
Nunca has pensado en escribir algo alegre? ;)

Jara dijo...

corto, suficiente, lo justo para hacer sentir...

Anónimo dijo...

¿La esperanza de la protagonista llegará a cristalizarse o no? Yo quiero pensar que sí, y creo, que tú también.
Muy bien plantado el texto; me ha gustado.

Saludos.

Sara dijo...

Intenso, sin duda. Me gusta el rayito de esperanza que ilumina el final... ;)