12 ene 2009

Estamos marchitos

Una tras otra las flores se fueron marchitando mientras yo me daba cuenta de que ya no quedaba nada de tu amor. Era el último de los ramos de rosas que todos los 17 de marzo llegaban a mi casa con una nota en la que cada vez ibas sumando un año más a mi lado. Este año ya ni siquiera me había echo ilusión su llegada, y tu nota aun estaba sin abrir encima de mi escritorio. Este año no te llamé al recibirlo, ni me emocionaba cada vez que miraba las flores, ni me morí de ganas de abrazarte. Este año las flores no tenían el mismo sentido de siempre. Este año olían a despedida.
Una tras otra las flores se fueron marchitando mientras nos marchitábamos nosotros también. Poco a poco, con cada flor que moría, fueron desapareciendo las cualidades y pequeños detalles que nos gustaban del otro. Primero se fue tu capacidad para hacerme sentir bien, después tu confianza, después tu saber estar, después tu sonrisa... Y con ellas te llevaste mi alegría, mis ganas de quedarme trabajando de madrugada para poder estar libre al día siguiente para ti, mi cariño, mis caricias, mis ganas de verte... Nos fuimos muriendo a la vez que las flores sabiendo que estábamos llegando a un punto en el que no habría solución y decidimos esperar. Nos faltaba el oxígeno igual que el agua a las flores, y veíamos el final sin hacer nada por alejarlo. Y la última flor, la que más aguantó, acabó por llevarse mis ganas de quererte.

5 comentarios:

LC dijo...

que bonita narración, creo que muestras sutilmente como se les va marchitando la vida entre flor y flor, año tras año, dia tras dia.

bonito la verdad :)

Rebeca Gonzalo dijo...

Hay frases realmente bonitas, pero si alguna me ha gustado es la del final: "Y la última flor, la que más aguantó, acabó por llevarse mis ganas de quererte". Todo un broche de oro, para una bonita, aunque triste historia. ¡Enhorabuena!

Anónimo dijo...

Oye, pero si no estoy mal, no le has puesto título a tu historia. Te animo a que la titules; no la dejes huérfana de identidad.

Soy Gabriel del Cuentacuentos, saludos.

Pugliesino dijo...

Bella la relación que estableces entre el amor y las flores,como si nada ya pudiera evitar el destino de ambos.
Muy buena narración

Anónimo dijo...

Es triste cuando todo acaba. Me gustó mucho. Besitos.Te seguiré visitando. Ah! He cambiado la dirección de mi blog. Ahora es ésta.

http://www.gotasdediluvio.blogspot.com/

Y siempre serás bienvenida.

Besitos.