19 jun 2010

Tus rizos al viento

El calor hace que las terrazas se llenen. Yo lo observo todo desde el ventanal de mi despacho y agradezco la agradable temperatura a la que se está aquí. Últimamente la cantidad de trabajo ha aumentado y paso más tiempo aquí dentro que nunca. La jornada laboral siempre se alarga y al acabar me voy directo a casa, a disfrutar del poco tiempo que me queda de descanso. Es en ese momento cuando dejo que mi mente se libere y pienso en tí. He aprendido hace tiempo a controlarlo. Cada vez que te asomas a mi cabeza te dejo a un lado, esperando al momento en que pueda prestarte toda mi atención. Y así cuando llego a casa siempre estás conmigo.
Hoy no sé qué ha pasado, supongo que el gentío que hay ahí abajo ha llamado mi atención y me he distraído por un momento dejándote entrar en mis pensamientos. Y has llegado como un huracán, no has dejado nada en pie. Llevo horas intentando acabar el trabajo pero tu presencia me distrae.
En una de las mesas hay tres chicas que deben ser de tu edad. Hablan sin parar y se ríen todo el tiempo, y mientras a mis oídos llega el sonido de tu risa y tus ojos se clavan en mí buscando la mía. Una de esas chicas me recuerda a tí, tiene tu pelo. Sus rizos se mueven de vez en cuando mecidos por una ligera e intermitente brisa. Mientras, yo alzo mi mano moviendo los dedos imaginándomelos enredados en ellos. Esa chica está embarazada.
Hace tiempo que no sé nada de tí. No sé dónde estás, ni qué habrá sido de tí. Igual a estas horas estás con tus amigas en una terraza como esta, igual estás embarazada o igual ya tienes algún niño, igual estás con alguna cosa del trabajo como yo, igual alguna vez aún te acuerdas de mí. Y en realidad me da igual donde estés, porque el único lugar donde me gustaría verte es aquí, rodeada de toda esa gente, con tus rizos al viento y tu sonrisa en la cara esperando a que termine de trabajar.

6 comentarios:

AMADO MIO dijo...

Lo conseguiste.

Larefors dijo...

Que complicado es encerrar los recuerdos. Gran relato ;)

Sara dijo...

Que relato más real y cercano has escrito ¡Me ha gustado!

Te sigo ;)

Pugliesino dijo...

Los invisibles trazos que desde el ventanal iban descubriendo el mayor tesoro de su mente, llegaban con el viento hasta aquellos rizos, entremezclándose con ellos las palabras sin sonido.

Felicidades por el relato, y el nuevo look del blog :)

Un abrazo y puxa XBS!

Anónimo dijo...

Ala, qué mono te quedó el blog.
a buenas horas le presta toda su atención, no?

hz45 dijo...

que bonito relato. Y pensar que esa persona esta en cualquier lado menos aqui... =) me gusta!