18 ene 2010

El regalo mas grande

En el sótano está la primera pista. Eran las palabras que resonaban una y otra vez en tu cabeza mientras volvías a casa. Poco antes me habías dejado en el aeropuerto y yo, ente lágrimas, te había dicho que te había dejado un regalo en tu casa, y que en el sótano tenías la primera pista.
Parece increíble cómo las cosas habían ido bien. No sé, la forma de conocerte, cómo en tan poco tiempo te habías colado en mi cabeza para ya no salir de ella, lo rápido que empecé a sentir algo por ti, cómo me sentía con lo que me decías... Y, por otro lado, la distancia, la edad, el miedo... Pero todo había ido bien. Y ahora, casi un año después, había pasado unas mini-vacaciones maravillosas en tu casa, y lo duro era marcharme.

Al llegar bajaste corriendo al sótano, y encima de las cajas que tenías allí acumuladas viste una nota: "¿Desayunamos?" Y tú enseguida entendiste en dónde estaba escondida la siguiente. Tenías que verte, estabas tan ilusionado como un niño pequeño... Subiste al salón y buscaste un cuaderno en una de las estanterías. Allí tenías escritas un montón de historias preciosas que querías conservar, y entre ellas una de las primeras que me escribiste, en la que todo comenzaba con un desayuno. Al llegar a la historia viste pegado un post-it: "Asómate, y ve el reflejo de la luna" Y entonces cogiste la chaqueta y las llaves y saliste de casa, para ir al estanque que había un poco más arriba, en donde un día la luna desapareció para que vieras reflejado en él mi rostro. Y allí encontraste una cajita pequeña en donde había una foto de los dos y todas las historias que yo te había escrito en todo este tiempo. Además había un pequeño pergamino enrollado en el que ponía: "Y ahora llévame a ver las estrellas contigo, y abrázame fuerte" Así que volviste corriendo a casa sin dejar de preguntarte qué más te había dejado. De la prisa que llevabas hasta se te olvidó cerrar la puerta, y subiste corriendo a la azotea, en donde encontraste una gran sonrisa en el suelo hecha con velas (creo que hubo algo de magia para que siguieran todas encendidas). Y a tí, más que la foto y las historias, lo que más te gustó era que dejara mi sonrisa contigo hasta que volviéramos a vernos para que te hiciera compañía.
Me habría gustado estar allí contigo para abrazarte cuando te vi emocionarte, pero yo ya estaba en el avión de vuelta a casa. Y también para burlarme un poco de ti cuando te escuché decir lo que dijiste: "Vaya"

4 comentarios:

Sara dijo...

¡Qué bonito, Paula! A mí siempre me han gustado mucho esos "juegos" de dejar pistas... que buenos recuerdos me ha traido leerte... ;)

Paula dijo...

Que bonito :)

Es curioso, lo primero que se me ocurrió fue algo así, un juego de pistas escondiendo un regalo. ¡Coincidimos en algo más que el nombre! xD Pero al final escribí algo totalmente distinto.

Un saludo y feliz semana!

Rebeca Gonzalo dijo...

¡Qué grande, Paula! Me han gustado sobre todo los últimos párrafos. ¡Ojalá todos tuviésemos alguna vez a nuestros pies una sonrisa de velas! Precioso, de verdad. Besos.

Pugliesino dijo...

Esa sonrisa deteniendo en ella el tiempo hasta su regreso es un tesoro.
Es precioso Paula, cada momento lleva a otro mas emocionante a medida que los recuerdos van sembrando de pistas el camino, hasta decir woww vaya relato! :)
Un abrazo!