9 ene 2010

¡Al abordaje!

Cerró los ojos para tratar de parecer dormido. Ese día había tenido que cambiar sus horas de sueño, pero la emoción no le había permitido dormir. Por la mañana, mientras se tomaba su gran tazón de cola-cao con un montón de galletas, su abuelo le había dado la noticia de que esa noche le iba a llevar con él al mar. Carlos sabía que iba a tener que levantarse muy temprano, muchas veces oía a su abuelo salir de casa cuando aún era de noche, pero no le importaba, él siempre había querido que lo llevara con él, y a pocos días de la Navidad su abuelo le había permitido acompañarle.
Había pasado toda la tarde haciéndole mil preguntas a su abuelo, y éste, cada vez más asombrado por la imaginación de su nieto, casi no sabía cómo explicarle que sus compañeros no llevaban parches en el ojo ni botellas de ron; o que el capitán del barco no tenía una pata de palo y un loro en el hombro. Pero a Carlos le encantaban las historias de piratas, y no quería pensar que todo era mucho más sencillo que eso. Él sabía que el viaje que iba a hacer no se le iba a olvidar en toda su vida.
Al llegar las 9:30 fue a acostarse, y con la ayuda de su abuela dejó preparada encima de una silla la ropa que iba a ponerse. "Tendrás que abrigarte mucho- le había dicho su abuelo.- E intenta descansar, que va a ser un día muy duro"
Ahora, cuatro horas después, Carlos no ha dormido ni un solo minuto, la excitación le impide dormir. Después de estar todo el día dejando volar su imaginación se ve junto a su abuelo, vestidos de piratas, y abordando barcos en busca de tesoros. (Carlos nunca lo sabrá, pero lo buen escritor que será dentro de unos años tiene su base en todo lo que imaginó y vivió en su infancia) Cada vez que oye a su abuela pasar por delante de su habitación cierra los ojos, para hacerse el dormido, porque sabe que dentro de pocas horas tiene que levantarse y su abuelo le ha dicho que tiene que descansar. Poco a poco se va quedando dormido, ya le queda poco tiempo para descansar. En un par de horitas se levantará su abuelo y colocará todas las cosas que tienen que llevar, después le despertará a él, le ayudará a vestirse mientras se despierta del todo, y saldrán de casa. Camino al puerto se detendrán en la taberna, en la que se mezcla el olor a tabaco y el alcohol de los trasnochadores con el café de los que madrugan y comienzan el día; y media hora después estarán llegando al barco de su abuelo, donde estará el capitán para recibirlo y hacerle sentir, por un día, como el pirata que ha sido en sus sueños.

5 comentarios:

Paula dijo...

Los niños tienen una imaginación increible :) qué pena que mucha gente pierda eso. Me ha gustado como lo has contado, ¡se contagiaba la ilusión del niño!

¡un saludo!

Esther dijo...

¡Je,je! Te confundí con la Paula de arriba días atrás. Como os llamáis igual...

Los sueños no tienen límites cuando se les deja volar y eso es lo mejor :)

Me recordaste a alguna noche en que tb me costó dormirme porque al día siguiente iba a poder disfrutar de algo que a lo mejor me gustaba mucho o porque simplemente tenía ganas de volar. Una vez, me pasó lo mismo que al niño pero, con los Sims1, que entonces me encantaban, aunque como siempre eran igual, luego, empecé a hacer mis catástrofes ¡Je,je! Pero, lo malo de tantas emociones inoportunas del sueño, es que al día siguiente puedes estar hech@ polvo. Más vale intentar tranquilizarse y un buen descanso.

Saluditos.

Pugliesino dijo...

Y a buen seguro que nunca olvidará tal travesía sintiendo la complicidad del viento en su rostro, de las olas a su alrededor, mientras siente sobre su hombro la mano de quien la hizo posible.
Y tus palabras le dan vida en una mágica narración.

Un abrazo enorme!

Virginia Vadillo dijo...

Pirata o marinero, en el fondo es más o menos lo mismo: lo importante sigue siendo el mar! ;)

AnniDarkSweet dijo...

El mar, un capitán a la deriva, y alguien esperando en el puerto...Que recuerdos me has traido a la mente...Gracias.