5 dic 2008

No vuelvas

"Lo más importante, querida, es vivir una vida fabulosa. Sin importar cuán larga es. " Le había escuchado tantas veces pronunciar esa frase que llegué a odiarla con todas mis fuerzas. Era la frase que repetía cuando llegaba a casa borracho, cuando no volvía en tres días por estar de fiesta, cuando se encerraba en el cuarto de baño para meterse una raya... Era la frase que día tras día le estaba arrastrando a la muerte, y con él nos arrastraba a mis padres y a mi. Nadie podía decirle nada, nadie podía explicarle que él no llevaba una vida fabulosa, nadie podía conseguir que le escuchara sin que él, con su cara de fanfarrón, hiciera oídos sordos y gritara más alto que nadie su querida frase, o una de las muchas variantes que tenía, dependiendo de lo que le estuvieras intentando decir en cada momento.
En eso consistía su vida fabulosa, en amargarnos a los demás. Desde pequeña aprendí a desaparecer y meterme en mi habitación cuando mi hermano llegaba a casa después de haber estado varios días fuera, y a taparme los oídos y no escuchar las discusiones que tenía con mis padres; a no mirarle cuando tenía los ojos inyectados de rabia deseando encontrar cualquier excusa para gritar por algo; a limpiar los restos de coca que dejaba en el baño, o a no pincharme con las jeringuillas que dejaba por ahí tiradas... Desde pequeña tuve que aprender a cuidar de mi hermano mayor, a protegerle, a intentar enseñarle que una vida fabulosa no consistía en lo que él hacía. Pero también desde muy pequeña, cada vez que escuchaba a mis padres discutir por no saber qué hacer con mi hermano, cada vez que mi madre se metía en la ducha para que no la escucháramos llorar, cada vez que a mis padres les faltaba dinero de la cartera, o cada vez que mi padre se marchaba de casa por no acabar a golpes con mi hermano, yo también deseé, con todas mis fuerzas, que la vida fabulosa de mi hermano acabara cuanto antes, sin importar cuán larga había sido. Y cada vez que se iba de casa, deseaba con todas mis fuerzas que nunca volviera.

6 comentarios:

Rebeca Gonzalo dijo...

Tremenda historia. Espero que sea ficción y no se trate de ningún hecho real. Desgarradora y sin embargo maravillosa. Da mucho que pensar y hace que a uno se le revuelva algo por dentro. ¡Enhorabuena!

Sara dijo...

Un relato muy duro, con todos los ingredientes para llegar al lector. La frase final es fulminante.

Muchas gracias por tu visita!! ;) Y bienvenida a cuentacuentos!!Te seguiré de cerca!!

Pugliesino dijo...

Escalofriante relato Paula.
Me gusta el ritmo que le das,el como una situación así implica a toda la familia,donde uno no puede aislarse aunque lo deseara por momentos.Y la rabia que le imprimes al final,el dolor con ella manifiesta ese deseo.
Felicidades por un muy buen debut en Cuentacuentos!!
Bienvenida y a seguir escribiendo!!

Virginia Vadillo dijo...

Es curioso como una misma frase puede evocar ideas tan diferentes. A mí me dijo algo totalmente opuesto a tu relato, es una de las cosas buenas de El Cuentacuentos!
Besos!

Malvi dijo...

ofú!espeero que no sea verda lo que cuentas... no vea!la tormenta para todos...

es actual.... me encanta tu tema partiendo de una frase que dice tantas ocsas para personas diferentes... volveré a leerte

saludos

Esther dijo...

Hola, Paula:

¡Bienvenida!

Tengo que decirte que me encantó tu relato y te doy un mega aplauso. Tan escalofriante como real. Es terrible esa situación, ellos se meten en una espiral pero, los de alrededor sufren y lo peor es que muchas veces, es dificilísimo de salir y es una realidad muy triste.

Saluditos.