6 jun 2010

Toca otra vez viejo perdedor, haces que me sienta bien...


[Pero a ratos con furia golpea el piano
y algunos le han visto llorar...

Toca otra vez viejo perdedor,
haces que me sienta bien.
Es tan triste la noche
que tu cancion
sabe a derrota y a miel]

Había convertido en batuta la cucharilla del café sin apenas darse cuenta. ¡Hacía tantos años que no componía! Todos aquellos años de amor por la música, las clases particulares de pequeño, las tardes de ensayo, los madrugones para repasar las partituras que llevaba consigo a todos los sitios, la beca conseguida para formarse en Juilliard, todo le parecía tan lejano…
Su excesivo perfeccionismo le había llevado a esta situación. Aquel concierto tan importante… Nunca se había permitido fallar, y ese día sus dedos no habían respondido como debieran ante el piano. Su instrumento preferido se había convertido ese día en su mayor enemigo. Nunca entendió qué le pasó, la incomodidad que sintió frente al instrumento, la inmensidad de éste y lo pequeño que se sintió ante él, sus dedos que no se acomodaban a las teclas, el compás mal cogido… Nunca supo explicarlo, nunca comprendió lo que pasó aquel día. Simplemente cedió ante la angustia de qué sucedería si eso volviera a pasar y ese día fue el último día que se subió a un escenario. Él, que ya era un maravilloso músico y un prometedor compositor, con pánico escénico.
Nunca volvió a componer aunque de vez en cuando se sentaba en su viejo piano y recordaba aquellos años tocando todas las piezas que había tocado aquel día. Ahora no fallaba nada, nunca había fallado, sólo ese día.
Han pasado muchos años y a ese joven, ahora hombre ya entrado en edad, le ha cambiado completamente la vida. Tiene una tienda en la que vende instrumentos de música, aunque más que una tienda parece un museo por la gran variedad y el valor de las piezas que tiene. Alguna vez también ha dado clases particulares de piano y de violín, pero en estos momentos no le da clase a nadie. Hoy es domingo, y como todos los domingos se ha levantado temprano y ha acudido a su tienda a limpiar los instrumentos que tiene expuestos, le gusta conservarlos en perfecto estado. Después va a recoger a su nieto y se lo lleva a dar un paseo por el parque y a desayunar, pero hoy llueve, y en vez de estar en la terraza de la cafetería de siempre han tenido que entrar. No hay mucha gente, se ve que los domingos lluviosos la gente prefiere quedarse en casa. De lejos se escucha la televisión, y él permanece atento a las historias que le cuenta su nieto. De repente una melodía se apodera de su atención, viene de la televisión, es la música de un anuncio y, sin darse cuenta, coge la cucharilla de su café y marca el compás, en una servilleta dibuja un pentagrama y empieza a trazar notas, pronto la servilleta se llena de negras, blancas, corcheas, semicorcheas, todas bailando al ritmo que se esboza en su cabeza. Está componiendo, casi sin darse cuenta, sin el menor esfuerzo. Cuando llegue a casa la tocará al piano, está seguro de que es buena, y la tocará ante su público, aunque ahora se reduzca a su nieto.

7 comentarios:

Rebeca Gonzalo dijo...

Tierno, conmovedor, nostálgico y muy, muy hermoso. ¡Me ha encantado! Un besote, guapa.

hz45 dijo...

=) es un bonito relato. Lastima que le tuvo miedo a dar lo mejor, pero creo que su nieto disfrutara aquella melodía.
Saludos

hz45 dijo...

Me ha gustado la historia, podría ser la de cualquiera que le tema a arriesgarse.

Sara dijo...

Es una historia entrañable y aunque recuerde con nostalgia aquellos años, seguramente no cambie la vida que ha tenido por la que hubiera podido tener.

Un saludo.

Pugliesino dijo...

Posiblemente aquel fallo le liberó. Tuvo miedo sí, pero tal como escribía en la servilleta lo que aquel fallo nunca le quitó fue el disfrutar de la música.

Se hubiera convertido en un perfeccionista ;)

Me ha encantado, fluida narración,envuelta siempre en música, de una historia no de perdedores sino de vida.

Un abrazo!

ChicaGuau dijo...

Qué historia tan bonita...
Te sigo :)
¡Un besito enorme!

La niña que escribió un sueño dijo...

Me gusta... y la canción más :)

Un besito color púrpura